Llevaba sobre las espaldas toda la responsabilidad de salvar el honor deportivo de su país. Con semejante peso, es muy difícil saltar. Y Cuba se marchará del Mundial de atletismo sin presea alguna, lo que jamás le había ocurrido.
Lázaro Martínez, la última oportunidad del otrora brillante atletismo de la isla por extraer metal de Eugene, Oregon, fue último el sábado entre los 12 participantes de la Final del salto triple.
Paradójicamente, el portugués Pedro Pichardo se llevó el oro con un salto de 17,95. En 2017, Pichardo emigró de Cuba a Portugal, para entrenar con su padre Jorge, quien ya trabajaba en el país europeo.
La peor actuación de Cuba hasta ahora en un Mundial de atletismo se había registrado en 2017, en Londres, cuando Yarisley Silva rescató un bronce en el salto con pértiga. También en Helsinki 1983 los atletas cubanos obtuvieron una sola presea, la plata de Luis Mariano Delis en lanzamiento de disco.
Esta vez ha sido peor. Incluso antes de que se disputara la primera medalla mundialista, la delegación cubana lidió con la deserción de la lanzadora de jabalina Yiselena Ballar Rojas, quien abandonó el grupo durante la escala del vuelo en Miami. La representación cubana quedó reducida así a 14 integrantes. Y en las competiciones, el podio se le negó.
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