Cambiar la estrategia técnica fue la clave para que la marchista mexicana Guadalupe González conquistara la medalla de oro en la Copa del Mundo por Equipos en Taicang, China.
A diferencia de los Juegos Olímpicos de Río 2016 y el Campeonato Mundial de Atletismo de Londres 2017, donde se adjudicó la plata; Lupita atacó aguerrida desde el kilómetro 12 y en los últimos cinco metros dejó el alma para pulverizar a las competidoras chinas.
“Precisamente como no quería que ocurriera lo que me pasó, tomé la decisión de que si iba a apretar no iba a ser en los últimos metros porque era donde me quedaba, no alcanzaba a reaccionar. Decidimos atacar antes y esperar a que no me alcanzaran”, platicó González.
“Siento que la última vuelta fue la más larga, no la veía terminar, se me hizo un poco dura porque además fue muy rápida. Sé que ellas son muy buenas, entonces corría el riesgo de que me alcanzaran, que me sorprendieran. Me la jugué porque pudieron haberme alcanzado y yo ya haberme quemado unos kilómetros antes”, agregó.
La máxima referente de la caminata femenil mexicana destacó que el trabajo mental también fue fundamental para no bajar el ritmo en los últimos kilómetros.
“Fue duro, tratar de no vencerme principalmente de acá arriba (lo mental). Llegó un momento en el que dije ya, empiezas a sentir cansancio, dolor. Te falta todo en esos últimos metros, pero si ya hiciste 17 kilómetros, es cosa de aguantar los últimos metros”, expuso.
Lupita se dijo contenta de ser un referente en la disciplina y afirmó que va por más resultados. “Todavía quiero seguir aquí, no sé si ya llegué al límite, no lo voy a saber hasta que no intente algo más, pero sí he crecido. Soy mejor atleta, espero que todavía quede un poco más de Lupita”, mencionó González, quien llegará como rival a vencer en su debut en los JCC de Barranquilla.