Briseida Acosta heredó de su padre, el exseleccionado nacional Juan José Acosta, su amor por el taekwondo, arte marcial que comenzó a practicar a los 8 años de edad.
Su entrega y determinación en el tatami la llevaron a ganar la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de la Juventud Singapur 2010 y una década después buscará inmortalizar su nombre en los Juegos de Tokio.
“Es un gran honor, es la culminación de un sueño, es algo que he venido buscando desde hace mucho tiempo, más de 10 años, entonces me da mucha emoción el poder llegar a una parte de mi objetivo.
"Sueño con que el Himno Nacional se escuche en Tokio y creo que es muy posible”, platicó Briseida en entrevista con RÉCORD.
La oriunda de Navolato, Sinaloa, edificó el camino hacia su debut olímpico. Se adjudicó el bronce en los Juegos Centroamericanos y del Caribe Barranquilla 2018, subió a lo más alto del podio en los Juegos Panamericanos Lima 2019 y en el Preolímpico Continental Heredia 2020, se adjudicó el bronce en el Open Costa Rica 2020 y eliminó a María del Rosario Espinoza y le puso su nombre al boleto olímpico que conquistó.
“Me visualizo poderosa, y poderosa para mí significa inteligente, rápida, completa, llegando con un nivel de madurez muy grande, hay que llegar de manera casi perfecta”, mencionó.
Desde pequeña, Briseida sueña con poner en alto el nombre de México en la máxima justa deportiva.
“La recuerdo inocente, ella decía quiero ir a unos Juegos, pero no sabía todo lo que representaba, todo lo que conlleva el poder llegar. Afortunadamente y por la gente que he ido conociendo y de la manera en que se han ido dando las cosas, esa niña pudo crecer a la altura de los desafíos que se le presentaron.
“Le diría que ella va a ser grande, que todo es perseverancia, que a veces necesita tomarse las cosas un poco más a la ligera y que no hay truco mágico. En la vida puedes tener talento y todo, pero no hay truco mágico, es esfuerzo y trabajo y hacerlo de la mejor manera posible”, aseguró.
MEDITÓ EL RETIRO
Después de no clasificar a los Juegos Olímpicos Río 2016, Briseida Acosta pensó en el retiro. Sin embargo, la taekwondoín sinaloense aún tenía mucho qué darle a México en el tatami.
“Sí, claro que sí (pensé en el retiro). Y no es secreto y lo digo porque es cierto. Un atleta tiene que aceptar tanto cuando es invencible, porque cuando estás ganando tú te sientes invencible, nadie te toca, pero también tienes que aceptar cuando tienes que sentarte tú solo y relamerte las heridas y curarte tú solo con el apoyo de la gente más cercana. En 2016 para mí no estar en Juegos Olímpicos fue un golpe duro.
“Realmente pensaba que eran mis Juegos Olímpicos, venía haciendo un ciclo casi perfecto y pues me caí a mitad del ciclo, no supe controlar las cosas, o tal vez no tuve la preparación más adecuada, pueden ser muchas cosas, pero la realidad es que dije aquí se acabó, tiramos la toalla. Bris tienes una edad perfecta para ser grande fuera del deporte y vamos a buscarlo.
“Eso me ayudó mucho para ser la deportista que soy hoy. Recuerdo haberme sentado con mi familia y decirle a mi papá voy a apostar por otro ciclo pero quiero que sea diferente. Quiero ser una Briseida excelente en todas las áreas, fijé objetivos fuera del deporte también, que tenían que ir de la mano para llegar a Juegos Olímpicos y creo que eso fue algo que me ayudó”, platicó Acosta en entrevista con RÉCORD.
Un campamento en Serbia, a mitad del presente ciclo olímpico, marcó un parteaguas en la trayectoria deportiva de Briseida, quien buscará subir a lo más alto del podio en su debut olímpico.