La ciudad de Filadelfia (Pensilvania) intenta volver a la normalidad este lunes tras una noche de altercados que ensombrecieron las celebraciones por la victoria 41-33 de los Eagles ante los Patriots de Nueva Inglaterra en el partido de la edición 52 del Super Bowl.
A pesar de que el trascendental partido se disputó en el U.S. Bank Stadium de Minesota, los aficionados de las Águilas no dudaron en tomar las calles de la ciudad para festejar el primer título del equipo tras tres participaciones en la gran final del torneo de la Liga Nacional de Futbol Americano (NFL).
En algunas de las imágenes compartidas anoche por numerosas personas a través de Twitter se puede observar cómo, fruto del entusiasmo, ciudadanos destrozan semáforos o se colocaron arriba de marquesinas de distintos comercios, algunas de las cuales acabaron cediendo al peso de los alocados aficionados en el centro de la ciudad.
Algunos aficionados mostraron su pasión por este deporte llevando a cabo placajes sobre los transeúntes o lanzándose objetos entre sí, cual si de un balón se tratase, en el interior de comercios que acabaron sufriendo numerosos desperfectos.
La situación se vio agravada por el estado etílico de algunas personas que recibieron cervezas gratis por parte de algunos negocios, en cumplimiento de la apuesta que había hecho una marca de regalar una lata a cada aficionado que la solicitase durante la noche si conseguían la victoria.
No es de extrañar, en consecuencia, que este lunes la ciudad amaneciera con una imagen de cristales rotos, coches y macetas volcadas y contenedores quemados.