Hace apenas una semana se dio a conocer la decisión del juez Richard Berman que dejó sin efecto el castigo que Roger Goodell había impuesto a Tom Brady.
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Y aunque ahora hay versiones que buscan ligar el ‘Deflategate’ con el ‘Spygate’, lo cierto es que no hay mejor noticia para la NFL que el arranque de la temporada regular.
Y aunque esta noche pudiéramos no ver a la mejor versión de Patriotas y Acereros, el partido es un choque entre dos pesos completos de la Conferencia Americana, que llegan al duelo inaugural con legítimas aspiraciones de pelear por ser protagonistas en la lucha por el título.
Nueva Inglaterra, mientras Belichik y Brady se mantengan activos, tiene que ser considerado siempre como uno de los equipos a vencer en la NFL.
Tras haber ganado de forma dramática y brillante el Super Tazón XLIX, los Pats salen a buscar un bicampeonato que terminaría de cimentar su lugar como una de las franquicias más exitosas en la historia de la Liga.
La ofensiva está fundamentada en un trabajo sólido de la línea ofensiva y en la capacidad de Brady, Rob Gronkowski y Julian Edelman, para hacer jugadas grandes.
Mientras tanto, la defensiva tendrá que lidiar con la ausencia de dos piezas como Darrelle Revis y Brandon Browner que resultaron fundamentales para el título conseguido hace unos meses en Arizona.
Y aunque Vince Wilfork ha dejado atrás los mejores años de su carrera, su presencia siempre fue un catalizador importante para esta unidad que tendrá que adaptarse rápido a una nueva realidad.
Pittsburgh, mientras tanto, se estará enfrentando a un calendario brutalmente complicado, y tendrá que hacerlo sin algunas de las piezas más valiosas a la ofensiva.
Maurkice Pouncey, el ancla de la línea ofensiva y uno de los mejores centros de la NFL se perderá al menos la mitad de la campaña, mientras que Le’Veon Bell con dos partidos de suspensión, y Martavis Bryant con cuatro, serán dos ausencias notables para los Acereros en la fase inicial del calendario.
Y aunque Ben Roethlisberger, Antonio Brown, y Markus Wheaton son todos capaces de cambiar un partido con un chispazo de talento, no hay duda de que ésta explosiva unidad pudiera batallar para entrar en ritmo.
En defensa, Keith Butler enfrenta el mayor reto de su carrera el tratar de llenar los zapatos del inmortal Dick LeBeau, lidiando además con el retiro de Troy Polamalu y Ike Taylor, dos jugadores de élite que no serán fácilmente sustituibles.
Más allá de las previsiones y las estadísticas, que en duelos cara a cara favorecen a Nueva Inglaterra, esta noche habrá una energía especial en Foxborough.
Los campeones querrán demostrarle al mundo que no necesitan hacer trampa para seguir ganando, Tom Brady buscará mandar un mensaje fuerte y claro a todos quienes siguen dudando de su capacidad, y los aficionados harán del Gillette Stadium un auténtico manicomio.
Los Acereros son un rival de respeto, bien entrenado y con mucho talento. Sin embargo, no estoy seguro que vayan a ser capaces de competir contra todos estos elementos en una noche en la que Nueva Inglaterra volverá a salir con la mano en alto para dar así el primer paso en el largo camino que pudiera llevarlos a revalidar el título de la NFL.
