Correr es una actividad que le brinda muchos beneficios físicos, psicológicos y emocionales al cuerpo y al mismo tiempo es una disciplina con la que se pueden ayudar buenas causas.
Miles de corredores de todo el mundo se unen cada año en la Wings For Life World Run, no para mejorar sus tiempos, acumular medallas ni ganar un primer lugar. Sino dar zancadas altruistas para apoyar a aquellas personas que dependen de una silla de ruedas después de haber sufrido una lesión en la espina dorsal.
Este año se realizará el 8 de mayo en 34 ciudades del orbe, siendo Guadalajara la elegida del país.
“Ser embajador de esta carrera representa el poder hablar por todas las personas que estamos en silla de ruedas. Más que ir a competir es ir a apoyar la causa y que vea la gente que la carrera no sólo es para gente que puede caminar, es para todos.
“Independientemente de la carrera, que se sumen a hacer ejercicio, a tener una vida saludable. No porque estás en una silla de ruedas estás limitado a hacer muchas cosas. Eso es mentira, las barreras están en la cabeza”, mencionó Daniel Gómez de la Vega, embajador de la carrera en México.
La principal característica de Wings for Life es que dona el 100 por ciento de las inscripciones que se recaudan en todo el mundo para investigar la espina dorsal con la misión de encontrar una cura para este tipo de lesiones.
A diferencia de otras carreras, aquí no hay una meta, tiempo ni kilometraje determinado. Los participantes son perseguidos por un Catcher Car (coche receptor), que arranca 30 minutos después de la salida a 15 km/h y aumenta su velocidad constantemente hasta que atrapa a los últimos corredores. La ‘medalla’ es saber que algún día habrá una cura