Esta mañana, el XVII Medio Maratón de la Ciudad de México se celebró con un gran ambiente festivo, donde corredores de todas las edades y niveles se reunieron para disfrutar de una mañana de deporte.
La ruta, que atravesó algunos de los lugares más emblemáticos de la capital, como el Paseo de la Reforma, el Bosque de Chapultepec y culminó en el Ángel de la Independencia, ofreciendo a los participantes un recorrido único en el mundo.
Desde las primeras horas de la mañana, la ciudad se llenó de colores vibrantes, resaltando el verde que este año fue el elegido para pintar las playeras conmemorativas con las que los corredores participaron. A lo largo del recorrido, las porras y aplausos de familiares, amigos y espectadores fue algo que no dejó de resonar, generando energía y ánimo en cada paso de los concursantes.
Entre los momentos más destacados, se encontraba la motivadora participación de las personas invidentes y en silla de ruedas, quienes una vez más nos demostraron que no existen barreras insuperables cuando hay determinación y espíritu de superación.
Una vez más, el Medio Maratón de la CDMX fue una celebración del deporte, la comunidad y la resiliencia, un evento que, más allá de la competencia, destacó por el espíritu de unidad y alegría que caracteriza a la Ciudad de México.