Rafael Nadal experimentó un retorno desafiante en el torneo de Brisbane, Australia, tras casi un año de ausencia por lesión. El evento, puntuable para la ATP y disputado en pista dura, presenció la derrota de Nadal ante el australiano Jordan Thompson en tres sets (7-5, 6-7, 6-3).
El encuentro, que se extendió por casi tres horas y media, fue marcado por la tenacidad de ambos jugadores y la resistencia física de Nadal, quien no logró avanzar a las Semifinales.
El regreso tan esperado del tenista de Manacor tras su prolongada ausencia fue casi un maratón deportivo. Aunque aún no ha alcanzado su mejor forma física, este desgaste podría ser beneficioso para afinar su rendimiento y recuperar confianza después de tanto tiempo sin competir.
Nadal se vio obligado a pagar el esfuerzo invertido en su intento por vencer a un Thompson que, además de una resistencia sólida, exhibió un juego destacado. Thompson logró resistir los prolongados intercambios en los que ambos tenistas se vieron inmersos.
A pesar de los esfuerzos y la fe de Nadal por remontar, un error aparentemente fácil por parte del español y la falta de precisión en su mejor golpe, el drive, contribuyeron a su derrota, privándolo de unas potenciales semifinales ante Grigor Dimitrov.
Thompson tomó la delantera en la primera manga, rompiendo el servicio de Nadal y colocándose 4-3 arriba. Aunque el español respondió con determinación, logrando equilibrar el enfrentamiento, Thompson continuó plantando batalla en la segunda manga, respaldado por su poderoso drive.
Las oportunidades desperdiciadas por Nadal, incluyendo una bola de partido en el segundo set, lograron que Thompson se mantuviera firme en el tercer set. El físico del español se resintió a medida que avanzaba el enfrentamiento, perdiendo frescura tanto en sus piernas como en sus golpes.
A pesar de recibir atención médica, Nadal no pudo revertir la situación, encajando la derrota en el tercer set ante un Thompson que no bajó su nivel ni mostró signos de nerviosismo.