Los saques fueron grandes, realmente grandes. Otros tiros también. Los puntos fueron rápidos, realmente rápidos: siete de 13 para aces.
Fue aparente de inmediato que la final femenina del Abierto de Australia entre Aryna Sabalenka y Elena Rybakina sería para quien pudiera mantener su saque en línea, recuperarse para los regresos y mantenerse firme en los momentos más estrechos.
Así resultó para Sabalenka, la bielorrusa de 24 años, que ganó su primer título de Grand Slam al dar la vuelta para superar a la campeona de Wimbledon por 4-6, 6-3, 6-4 en Melbourne Park el sábado, con 17 aces entre un total de 51 tiros ganadores para recuperse de siete dobles-faltas.
Fue revelador que el mensaje de Sabalenka en la ceremonia tras el partido fue dirigido a su entrenador Anton Dubroy, y su entrenador físico Jason Stacey —refiriéndose a ellos como “el equipo más loco en la gira, podría decir”.
“Pasamos por muchos, como diría, puntos bajos el año pasado”, admitió Sabalenka, quien disputó su primer final de un major. “Trabajamos tan duro y ustedes se merecen el trofeo. Es más sobre ustedes que sobre mí”.
Ahora con marca de 11-0 en el 2023 y con dos títulos, es una jugadora poderosa, cuyo puto más fuerte fue también su mayor falla: el saque. Aunque perfectamente capaz de lograr aces, también tiene un conocido problema con las dobles faltas. El año pasado encabezó el tour en esa categoría con casi 400, y tuvo matches en los que cometió más de 20.
Ante la insistencia de su equipo, aceptó reformar la mecánica de su saque en agosto, lo que juntamente con el compromiso de tratar de mantener la calma en los momentos de máxima presión está dando resultados ahora.
El único set que ha perdido toda la temporada fue el primero el sábado ante Rybakina, quien eliminó a la número uno del mundo Iga Swiatek en la cuarta ronda.
Sabalenka estaba 0-3 en semifinales de Grand Slam hasta que eliminó a Magda Linette en Melbourne. Ahora logró el avance siguiente y será la número 2 en el escalafón.
Mientras las gaviotas graznaban fuertemente sobrevolando el Rod Laver Arena, Rybakina y Sabalenka intercambiaron fuertes saques. El disparo más veloz de Rybakina alcanzó los 195 kilómetros por hora, el de Sabalenka 192 kph. Intercambiaron además golpes de fondo, la mayoría intocables y que resultaron en tiros ganadores tras tiros ganadores. “Espero”, indicó Rybakina tras el partido, “que tengamos muchas más batallas”.
La estadística clave al final fue que Sabalenka acumuló 13 puntos de quiebre y Rybakina siete. El trío de conversiones de Sabalenka fue suficiente y la constante presión que logró aplicar en los saques de Rybakina finalmente le pasó factura.