Con un evidente sobrepeso y una sorprendente falta de condición atlética para el deporte de élite, el nadador etíope Robel Kiros Habte participó en los 100 metros libres masculinos y completó la prueba en 1:04:95.
El atleta de 24 años finalizó la competencia 13 segundos después que sus competidores y su lentitud lo colocó no sólo en el último lugar de la clasificación general sino que, además, registró uno de los peores tiempos en la historia de los Juegos Olímpicos.
La condición física con la que el competidor llegó a participar de Río 2016 llevó a dudar sobre la forma en la que clasificó al certamen. Algunas versiones indican que la Federación Internacional de Natación (FINA) compensa con plazas a las delegaciones con escaso número de representantes en Juegos Olímpicos mientras que, por otra parte, otros trascendidos indican que el Presidente de la Federación Etíope de Natación y padre del nadador, Kiros Habte Kinfe, habría facilitado la participación del joven.
Al completar la prueba, algunos de los aficionados que asistieron al Estadio Acuático Olímpico de Río de Janeiro reprobaron el rendimiento del representante de Etiopía con abuches y silbidos, mientras que otros tantos decidieron premiar la voluntad del corpulento nadador con generosos aplausos.
El registro de Habte sólo es superado por la recordada presentación del guineano Eric Moussambani en las Olimpíadas de Sydney 2000, cuando el atleta africano nadó los 100 metros en 1 minuto, 52 segundos y 72 centésimas, duplicando el tiempo de las marcas mundiales.