“Espero salir con ritmo del trampolín, dejar la cabeza enfrente, esperar a dar las cuatro vueltas y media y caer derechito, salir del agua y ver la cara de Ma Jin, de mi entrenadora, su cara de felicidad de que la tenemos (la medalla) y así despedirme, agradecerle al público, a los jueces, a la gente que ha estado y me ha estado siguiendo y decir adiós con un buen clavado, con una muy buena ejecución y darle la batuta a los que vienen”.
Así imagina Rommel Pacheco el que será su último clavado, con el que cerrará 28 años de trayectoria deportiva en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.
A diferencia de otras justas veraniegas, aseguró, Rommel llega en plenitud a su última competencia, donde peleará hasta el último segundo para colgarse la única medalla que falta en su palmarés.
“Independientemente si la medalla llega o no, que sí quiero que llegue la medalla, me voy feliz de haber tenido una carrera exitosa donde siempre me sobrepuse a cualquier obstáculo y siempre salí adelante”, platicó el medallista mundial en entrevista con RÉCORD.
“Esta es mi última competencia y estoy feliz, estoy contento. En cada uno de mis Juegos Olímpicos siempre ha habido un factor externo que no me ha permitido llegar bien, y el día de hoy es la primera vez que llego ganando las elecciones, ganando el control selectivo, físicamente bien, emocionalmente bien, casado, pleno, y eso hoy me permite tener esa tranquilidad, esa madurez, poderlo disfrutar verdaderamente y poderme ganar esa medalla”, mencionó.
Cada triunfo y derrota forjó la carrera y el carácter resiliente de Rommel, quien se ganó el respeto y admiración de millones de mexicanos gracias a su entrega, humildad y sencillez dentro y fuera de la fosa de clavados.
“Rommel Pacheco es un yucateco disciplinado, luchador incansable con sueños, con objetivos, que siempre se levanta todos los días para tratar de hacer algo positivo y dejarle un bien a la sociedad, y más allá de las medallas, y de los resultados, creo que para ser un Campeón no solo es en la fosa o en el área deportiva sino tienes que serlo fuera de la fosa de clavados y creo que hasta el día de hoy lo he hecho de una manera exitosa”, aseguró.
REIVENTARSE PARA CRECER
Pacheco está satisfecho de la exitosa historia que escribió en los clavados de México en más de dos décadas donde asistió a cuatro Juegos Olímpicos y fue multimedallista mundial, de Juegos Centroamericanos, Panamericanos, Copa del Mundo, Grand Prix y Serie Mundial de clavados.
A pesar de los obstáculos, el clavadista no se rindió, se reinventó. Cambió la plataforma por el trampolín y buscará cerrar con un podio olímpico en una de las mejores etapas de su vida.
“Tuve algunas lesiones del hombro, problemas sentimentales a la hora de competir, en plena competencia, el quedar fuera de Juegos Olímpicos de Londres 2012 donde me dolió, donde nunca creí estar fuera y eso me hace tomar la decisión de si seguir en la plataforma o cambiarme al trampolín. A pesar de que nadie confiaba de que yo diera resultados en trampolín, los mejores resultados los he dado en esta especialidad.
“Así que la vida siempre me ha orillado, siempre he tenido que tomar una decisión hacia dónde ir y siempre ha sido acertada porque siempre he trabajado y siempre he tenido objetivos claros y nunca me he rendido, independientemente si las cosas se ven nubladas y difíciles, como no hace mucho pero yo no me rindo, siempre lo doy hasta el final y eso es algo que me gusta y nadie, ni yo me puedo reprochar que me hizo falta hacer una abdominal, hacer un clavado más o no ir a entrenar.
“Era de los que quería entrenar todos los días, quería hacer un clavado más. De verdad me voy muy satisfecho, no me puedo reprochar que no hice todo lo que estaba en mis manos para conseguir los resultados. La mayoría de las veces me fue bien y cuando no, aprendí de los errores”, aseguró Rommel en entrevista con RÉCORD.
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