Marco Wilson e Isaiah Simmons anotaron tras interceptar balones hacia el final de la primera mitad, con lo que encaminaron a Arizona hacia una victoria por 34-42 sobre los New Orleans Saints. Los Cardinals (3-4) cortaron una racha de ocho derrotas consecutivas en casa, la más larga de la franquicia desde 1958.
El encuentro estaba empatado 14-14 cuando Andy Dalton, quarterback de los Saints, lanzó los pases que, al ser interceptados, cambiaron el rumbo del encuentro, en series consecutivas durante un intervalo de apenas un minuto. La primera no fue necesariamente culpa del mariscal de campo. La segunda pareció inexcusable.
Marquez Callaway, receptor de los Saints, malabareó el balón, el cual terminó en manos de Wilson, quien corrió 38 yardas hasta las diagonales, zambulléndose en la línea de gol para colocar el marcador 14-20 en favor de Arizona.
La segunda intercepción llegó cuando Dalton trató de lanzar por el centro del terreno. Simmons aseguró el balón con una mayo y se escapó 56 yardas por la banda derecha para anotar. Los seguidores de los Cardinals, que no atestiguaban un triunfo desde el 24 de octubre del año pasado, ante los Texans, festejaron ruidosamente.
Hubo un momento en el que Kingsbury fue sorprendido por las cámaras de TV cuando discutía con el quarterback Kyler Murray. El receptor DeAndre Hopkins trataba de calmar los ánimos.
El mensaje de Murray a su entrenador enfurecido fue: “Cálmese, estamos bien. Vamos a corregir”. Murray y la defensa de los Cardenales cumplieron la promesa.
Tras las dos intercepciones con touchdown, Arizona tuvo el control. Los Saints (2-5) se acercaron a 28-7 en el comienzo del tercer periodo, pero Kyler Murray encontró a Greg Dortch para un touchdown de cinco yardas que dio la ventaja a los Cards por 35-17.
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