Los Baltimore Ravens se encargaron de cavar su propia tumba en el juego de campeonato. Tras un pésimo partido plagado de errores y castigos, los Kansas City Chiefs aprovecharon para convertirse en los primeros invitados del Super Bowl LVIII.
Fueron tres entregas de balón, burlas y golpes innecesarios, y una pésima defensiva la que llevaron a los Ravens tener su peor juego de la temporada en el momento más importante.
Mientras tanto, la dupla entre Patrick Mahomes y Travis Kelce volvió a ser clave para que lo Chiefs se impusieran 17-10 y así conquistaran su cuarto título de la dinastía.
El inicio del juego fue como un adelanto de lo que estábamos por ver, con Lamar Jackson siendo presionado y terminando su ofensiva en tres jugadas, mientras que la de Kansas acabó dentro de las diagonales con la conexión Mahomes-Kelce.
Lamar contestó con una genialidad quitándose la captura de Leo Chenal para después lanzar profundo hacia Zay Flowers y el marcador se igualaba, pero la sonrisa les duraría muy poco, pues una larga ofensiva de 9 minutos por parte de los Chiefs terminaba con un nuevo touchdown, esta vez por la vía terrestres a cargo de Isaiah Pacheco.
Al inicio del segundo cuarto, Jackson sería fumbleado, algo que no ha sido tan esta temporada, y antes de marcharse al descanso, los Chiefs estiraban su ventaja con un gol de campo de 52 yardas acertado por Harrison Butker.
En la parte final del tercer cuarto, Zay Flowers realizaba la jugada grande con una recepción de 54 yardas que metía a los Ravens hasta zona roja, sin embargo, el mismo Zay la echaba a perder tras un castigo al burlarse del defensivo L'Jarius Sneed que los retrasaba 15 yardas, y por si fuera poco, en la siguiente jugada, cuando Flowers se lanzó buscando la anotación, L'Jarius lo golpeó en el aire provocando el balón suelto que recuperaría su compañero Trent McDuffie.
Con dos minutos en el reloj, los Ravens por fin lograron a volver a sumar puntos tras un gol de campo de Tucker, pero al entregar el balón, una vez más la defensiva aplicaba rudeza innecesaria y Kansas City se metía hasta el medio campo, luego Mahomes encontró con un bombazo a Marquez Valdes con el que ponía el último clavo al ataúd de los Baltimore Ravens.
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