Dallas y Washington solían protagonizar un duelo marcado por los arquetipos de sus sobrenombres hasta que el futuro alcanzó a la franquicia de la capital estadounidense, que tuvo que erradicar el mote de Redskins para esta temporada. Desmarcados de la carga racial que suponía esta rivalidad en antaño, ahora ambos conjuntos se enfrentarán por primera vez en el año sumergidos en el océano de la mediocridad, con una raquítica cosecha de tres triunfos entre ambos a lo largo de seis semanas de actividad.
De los siete equipos que no han podido ganar más de dos partidos esta temporada, los cuatro miembros de la División Este de la Conferencia Nacional aparecen en el penoso listado. Con marca de 2-4, los Cowboys perdieron hace dos semanas a su estelar quarterback Dak Prescott, lo que hace la misión de revertir su mal paso, un reto aún más complejo; mientras que Washington Football Team tiene foja de 1-5 y ni siquiera puede presumir de tener un mariscal que otorgue medianas garantías a su ofensiva.
El equipo de Dallas llega a su encuentro de este domingo arrastrando una humillante derrota de 38-10 ante los Arizona Cardinals en el Monday Night Football con Andy Dalton en los controles, quien lanzó dos intercepciones en su primer partido completo. Pero por increíble que parezca, quien peor lució en el juego estelar del lunes fue Ezekiel Elliott con dos balones perdidos.
Para colmo de Dallas, además de la baja de Dak y el bajón de Zeke, el estelar guardia derecho Zach Martin podría no estar disponible luego de sufrir una conmoción cerebral contra los Cardinals. Sin él, los Cowboys jugarían en Washington sin cuatro de los cinco titulares en su línea ofensiva, siendo el último hombre en pie el guardia izquierdo de tercer año Connor Williams. Sin duda, un encuentro deslucido por el contexto en que se desarrolla.
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