Matthew Stafford ha creado una carrera digna de Salón de la Fama, cuenta con las principales marcas en la historia de la franquicia de Detroit y conforme avanzan las campañas, sigue mejorando su posición entre los mejores pasadores de la historia, pero tiene un asunto pendiente para que su inducción al reciente de los inmortales sea inobjetable.
El egresado de la universidad de Georgia fue reclutado en la primera selección global del Draft de 2009, una generación que contó con Mark Sanchez.
Jugó solamente 13 encuentros en sus primeras dos temporadas por diversas lesiones, pero en las siguientes ocho campañas no faltó a ningún juego.
En total disputó 165 duelos con los Lions, todos como titular, en Playoffs tuvo tres apariciones y en todas cayó.
Finalizando 2020 la noticia de un cambio entre Stafford a Rams y Jared Goff a Lions cimbró las noticias.
En solo un año con la organización angelina igualó sus victorias en postemporada y luego de 13 campañas, 182 partidos el pasador de 33 años hará su primera aparición en un Super Bowl.
“No tengo palabras, sólo me estoy divirtiendo jugando con estos chicos y tenemos otro duelo en nuestro estadio. Hay que lograrlo”, apuntó.
Del otro lado aparece Joe Burrow, el joven pronosticado a ser la siguiente figura en la posición de quarterback.
Apenas tiene 26 juegos que se extienden a 29 tomando en cuenta Playoffs y ya está a las puertas de obtener su primer anillo de campeonato.
A sus 25 años no será el quarterback más joven en ganar un campeonato, pero gracias a su juventud puede ser el primero de varios que conquiste en su carrera.
La dualidad de ambas carreras es muy marcada pero el objetivo es el mismo. Este es un capítulo más en el deporte donde se miden la experiencia contra la juventud.