MIGUEL GONZÁLEZ RUBIO
Para llegar a la NFL el camino es largo. Quienes lo consiguen, son auténticos guerreros.
Todos luchan por varias semanas para alcanzar el Super Bowl, un duelo sólo para los mejores. Todavía en este selecto grupo hay un sitio de honor, reservado para consagrar un nombre a través del MVP.
Se trata del Premio al Jugador Más Valioso (en inglés: MVP, Most Valuable Player Award), un galardón dado en la conclusion del juego por el campeonato de la NFL, al jugador que se considera influyó de manera más significante en el resultado del partido.
Nombres como el del quarterback de los Empacadores, Bart Starr, primer galardonado en 1967, o la leyenda de San Francisco, Joe Montana, máximo ganador del reconocimiento con tres premios (XVI, XIX y XXIV), han quedado grabados con letra de oro.
El ganador es escogido por un panel de miembros de la prensa especializada (80 por ciento de la votación), y los aficionados (20 por ciento).
Los aficionados pueden votar online durante el juego. Antes del SB XXXV, sólo los medios de comunicación escogían al condecorado.
A lo largo de la historia casi todos los MVP han sido otorgados a jugadores del equipo ganador, excepto en el SB V, cuando el premio lo recibió el linebacker de los Vaqueros, Chuck Howley, pese haber caído ante los Potros.
Desde el SB XXV, al ganador se le entrega el Trofeo Pete Rozelle, además de un automóvil Cadillac nuevo.