Un domingo más y la temporada regular habrá terminado. Doce equipos seguirán en la contienda por el Super Bowl 50, mientras que el resto tendrá que buscar una reestructuración, la cual va a comenzar con un nuevo entrenador.
El tradicional ‘Black Monday’ está cerca y no es más que el despido masivo de varios entrenadores en jefe que no lograron las metas que se les encomendó cuando los contrataron.
En los últimos años se ha vuelto regular que un día después al cierre de campaña regular conjuntos despidan a coaches o gerentes generales; ésta ocasión no será la excepción.
Filadelfia se adelantó al ‘Black Monday’, pues el pasado martes despidió a Chip Kelly luego de tres años en los que, por más intentos, nunca pudo establecer firmemente la misma ofensiva veloz que tuvo en sus años al frente de la Universidad de Oregon.
El jueves, en el último día del año 2015, se soltó el rumor sobre del inminente despido de Chuck Pagano, quien desde 2012 ha estado al frente de los Potros de Indianapolis.
Ellos dos no serán los únicos desempleados en la Liga, pues en la lista de posibles despedidos se encuentran Mike Pettine, Jason Garrett, Sean Payton, Tom Coughlin, Mike McCoy y Jim Tomsula.
Pettine tiene dos años de experiencia en Cleveland, mismos en los que ha usado cinco distintos quarterbacks entre ellos Johnny Manziel, quien se destaca por sus parrandas y no por sus jugadas dentro del campo de juego.
Garrett simplemente no ha podido con el paquete de dirigir a los Vaqueros de Dallas. Un claro ejemplo de su ineficacia como entrenador es que sin Tony Romo se le cayó todo el conjunto.
A pesar de que Payton y Coughlin han llevado a sus respectivos equipos al campeonato de la NFL, la relación con los mismos ya se ha desgastado y es necesario nuevos brios.
McCoy y Tomsula necesitan más tiempo para dar resultados, pero la NFL no se trata de tiempo sino de dar resultados lo antes posible.