Un auténtico milagro salvó a Roman Reigns de perder su Campeonato Universal de la WWE en Extreme Rules a manos del alterego de Finn Bálor, The Demon. La ayuda de The Usos no fue suficiente para que el Jefe Tribal se mantuviera como la cara de la compañía.
Reigns se enfrentó a una de las defensas más complicadas durante su reinado, cuando el irlandés buscaba recuperar lo que nunca perdió en el ring. Sin embargo, la fuerza bruta del monarca de Smackdown se impuso durante la mayoría del encuentro. Fueron instantes y chispazos de talento por parte de Bálor los que emparejaron la situación durante la lucha que terminó de manera muy polémica.
Cuando ambos luchadores estaban en el suelo totalmente fatigados, los latidos y las luces rojas inundaron el Nationwide Arena para dar pie a un segundo aire del Demonio. Bálor recuperó fuerzas, atacó a sillazos a Reigns y lo depositó en una mesa con unas patadas voladoras. El irlandés se dispuso a finiquitar su lucha con su doble pisotón dentro del ring y el momento crucial llegó.
El tensor de la tercera cuerda del ring se rompió, provocando que Bálor cayera antes de ejecutar su movimiento final. Esto fue aprovechado rápidamente por Reigns para acabar el encuentro con una lanza y defender así su Campeonato Universal.
El Jefe Tribal no encontró explicaciones así que simplemente se limitó a señalar al cielo con su mano derecha, acto que secundaron sus primos Jey y Jimmy Uso mientras abandonaron el ring con una cara llena de incredulidad.
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