Amor por la lucha libre, respeto por la afición o ética laboral. Sea lo que sea que haya motivado a Cody Rhodes a entrar a la Celda Infernal con Seth Rollins con uno de sus pectorales desgarrados fue suficiente para concretar una espectacular victoria en el combate estelar de Hell in a Cell.
Horas antes del inicio del evento, WWE dio a conocer que ‘The American Nightmare’ sufrió un desgarre en el pecho a raíz del choque que tuvo con Rollins en la última edición de Monday Night Raw. Con un enorme hematoma en el pectoral fue como Rhodes se presentó en Illinois para mantener su invicto sobre su primer rival desde su regreso a la compañía.
Rollins — quien rindió un tributo a la figura de Dusty Rhodes con su indumentaria — utilizó a su favor la legítima lesión para ablandar el cuerpo y doblegar el espíritu del exmiembro de All-Elite Wrestling (AEW). La molestia fue notoria en todo momento y la limitación en sus movimientos casi le costó el combate a Rhodes.
Por momentos el excampeón de la WWE dominó la lucha e hizo pensar a la afición de Illinois que se llevaría la victoria. Extrañamente el público presente en la Allstate Arena comenzó a vitorear “¡Gracias Rollins!” a medida que aumentaba el castigo sobre Rhodes.
El desenlace del combate puede resumirse en un homenaje a la figura de Triple H, quien durante años protagonizó sangrientos combates dentro de la colosal estructura metálica. El mítico Pedigree fue ejecutado sobre la humanidad de Rollins, no obstante logró salvarse del conteo de tres antes de la secuencia final.
El exMesías de los lunes por la noche sucumbió ante el brutal impacto que Rhodes le propinó con un mazo, herramienta que también le dio grandes triunfos a The Game durante su carrera profesional. El descomunal impacto sobre la humanidad de Rollins fue suficiente para que Rhodes se alzara con la victoria y mantuviera así su invicto en esta etapa dentro de WWE, en donde apunta a tomar un rol protagónico una vez que se recupere de su lesión.
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