Aunque la intención era dejarlo para otro momento, fue inevitable que el color volviera al Estadio Olímpico Universitario y de la mano de La Rebel, después de más de un año de no estar presente.
Y es que dos horas antes del juego, comenzaron a llegar los integrantes de la barra auriazul, a pesar de que por cuestiones de pandemia arribaron de manera individual y no en grupo, hubo pequeños sectores que hicieron su aparición en CU con trapos, banderas e instrumentos musicales que no dejaron de sonar.
Sin embargo, ya dentro del Olímpico, los integrantes de La Rebel tomaron su lugar como siempre del lado del pebetero. Y ahí permanecieron tranquilos, aunque a la distancia se observó que no guardaron el espacio marcado en las tribunas, e incluso se veían más juntos de lo permitido.
Aún así, y a diferencia de los torneos anteriores, se mantuvieron en calma y únicamente, de vez en cuando, se escuchaba alguna Goya que salía desde el palomar.