En este 2023 la Universidad Nacional Autónoma de México está celebrando 16 años de que su campus central fuera nombrado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) como Patrimonio Cultural de la Humanidad y el Estadio Olímpico es parte de dicha distinción. Incluso es por eso que la casa de los Pumas no ha sufrido modificaciones estructurales.
“Es un estadio absolutamente funcional en todos los aspectos. FIFA pide estadios individuales, pero este nunca se concibió así, es un estadio universitario, para encuentros deportivos universitarios, el equipo de futbol profesional aparece hasta 1954, no existía el concepto de deporte profesional, nunca se pensó para esto, aunque fue sede antes de que se hiciera el Estadio Azteca.
Existe la polémica de por qué no modernizarlo, pero perdería mucho de su fisonomía, y al ser Patrimonio Cultural de la Humanidad se ha preferido conservarlo como está, se ha puesto por encima lo que la UNESCO llama ‘valor de autenticidad’ que es dejar el inmueble como originalmente se pensó y por eso no se pueden hacer modificaciones mayores que afecten la fisonomía o funcionamiento del estadio”, explicó a RÉCORD Armando Carranco, maestro de la Facultad de Arquitectura de la UNAM en 2022, quien también recalcó que es una joya arquitectónica.
“Es un estadio inteligente, está ubicado en una parte plana aunque había costras de lava. El campus tenía tres explanadas que les llamaban las joyas y les decían así porque sembraban maíz, cuando se expropia, la más alta se ocupó para a cancha del estadio, y paras las tribunas se usó un sistema constructivo que se llama terraplén, que es sacar la tierra para la excavación, se acomoda como montaña y con la piedra volcánica se forró para darle estabilidad. En realidad está hecho en material natural: tierra forrada con piedra volcánica e interiormente a la tribuna se le puso concreto. Por ello no ofrece ningún riesgo estructural de ningún tipo por eso los sismos no le han hecho nada”, expresó.