De la mano de Juan Reynoso, Cruz Azul ha encontrado estabilidad, pero también una identidad futbolística que no se basa solamente en un sistema de juego.
Reynoso ha demostrado ser un timonel con muchas variantes en su repertorio, pues ha logrado que sus pupilos se desempeñen a gran nivel con más de una formación de inicio.
El estratega peruano gusta de realizar rotaciones en cuanto a los hombres que conforman su once titular semana con semana, pero también de alterar la estructura y objetivos de su equipo según el rival que tenga enfrente.
En ese sentido, las formaciones predilectas de La Máquina han sido la 4-3-3, la 4-4-2 y hasta ha recurrido a una línea de cinco zagueros cuando considera necesario cerrar el partido.
Lo mismo le da a este Cruz Azul jugar con un solo punta o con tres contenciones, ya que su idea central radica en la intensidad para marcar y recuperar balones, así como en las transiciones a velocidad.
Como resultado de dichos movimientos, La Máquina ahora es un equipo que tiene como virtud adaptarse a cualquier escenario que se le presente, sin tener que ceder el protagonismo a sus rivales.
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