Rafael Márquez no se arrepiente del golpe que le dio a Cobi Jones durante el encuentro de México contra Estados Unidos como parte de los Octavos de Final de Corea-Japón 2002. Así lo aseguró el mismo defensor del Tri, quien señaló que tal muestra de desesperación no hubiera cambiado nada de no haber sucedido.
"Mi acto de frustración no habría cambiado nunca el marcador si no hubiera sucedido y no me arrepiento. Aprendí de ello. No controlarme (a mí mismo) y no ser capaz de perder es parte de mi carácter", aseguró el zaguero azteca en entrevista con ESPN, en la que recalcó su molestia ante las derrotas, más aún contra un acérrimo rival, como Estados Unidos.
"Mi personalidad siempre ha sido muy demandante. No me gusta perder ni siquiera en las canicas. A nadie le gusta perder, especialmente contra tu máximo rival, como Estados Unidos lo era entonces. Fue una acción desafortunada", agregó.
Además, el capitán del Tri destacó que, previo a tal encuentro de hace más de 15 años, mismo que México terminó por perder 0-2, el conjunto tricolor supo de la dificultad de enfrentar a Estados Unidos, lo cual se transformó en una realidad muy temprano en el partido.
"Creo que antes del juego, cuando sabíamos que íbamos a jugar contra Estados Unidos, interiormente nos dimos cuenta de la dificultad de enfrentar a un oponente incómodo. Obviamente, habíamos jugado partidos en los que era difícil vencer a Estados Unidos y ellos siempre han sido nuestro gran rival”.
"Desde el inicio, las cosas comenzaron a complicarse con ese gol (de Brian McBride). Después, el cambio repentino que hizo Javier Aguirre, al salir Ramón Morales por Luis Hernández, al minuto 28. Fue un sentimiento extraño. Más tarde, obviamente, todos conocemos la frustración que deje escapar casi al final del juego", concluyó Márquez.