A 20 años de Francia 1998, los recuerdos de aquel Mundial se mantienen frescos en la memoria de Manuel Lapuente. El entonces técnico de la Selección Mexicana recibió a RÉCORD en su casa en Atlixco, Puebla, para revelar secretos nunca antes contados de aquella justa.
Por ejemplo, que el Tri tuvo que aprender a remar contracorriente y venir de atrás para no verse superado en todos los partidos de la Fase de Grupos, en los que inició perdiendo.
El secreto de Lapuente en el duelo inicial contra Corea del Sur en Lyon, fue alzar la voz ante el grupo, hablar fuerte con sus jugadores en el medio tiempo y hacerlos reaccionar para poder sacar el triunfo 3-1.
“Lo único que hice fue repetirles: ¿a qué venimos?, ¿no es de paseo, eh?, ¡es para ganar!. Entonces, hice ciertos movimientos que ayudaron.
“Tenía a (Braulio) Luna de lateral (izquierdo) porque ellos tenían un delantero muy alto, había peligro, había que ganar ese cabezazo. Metí al Cabrito Arellano por Luna y puse a (Ramón) Ramírez de lateral, saqué a Ordiales y metí a Ricardo Peláez y el equipo se fue para arriba automáticamente”, destacó Manolo.
El timonel de la boina recordó que aquel Tri poseía una alta dosis de orgullo además de un ADN ganador que los rescató ante la adversidad.
“Era un equipo de mucho orgullo, no solo con palabras se saca un partido como ellos lo hicieron. El orgullo, las ganas de destacar, la dignidad que tuvieron, eso fue lo que sacó adelante al equipo”, señaló el timonel”, añadió.