Con tribunas fuera de lo convencional, la Arena de Ekaterimburgo se convirtió en el estadio más peculiar de Rusia 2018, y es que al histórico inmueble que cumple 61 años de fundación, le fue necesario hacerle unas pequeñas mejoras para ser sede mundialista, entre las que destaca el aumento del aforo con gradas que se extienden más allá de los límites del estadio.
Desde lejos se notan las plataformas que le fueron incluidas detrás de la cabecera de una de las porterías, sin embargo como están fuera del estadio, los aficionados a quienes les toquen ver los partidos desde ahí, estarán a la intemperie, por lo que necesitarán ir abrigados y con gorras para evitar que el sol deslumbre su vista.
Incluso durante el partido entre Uruguay y Egipto, algunos aficionados charrúas decidieron bautizar a las tribunas con los nombres de 'Alexis Sánchez' y 'Arturo Vidal', debido a que son rojas, como la selección de Chile, y están a fuera del Mundial.
En redes sociales circulan imágenes, las cuales hacen referencia a que las gradas exteriores son el peor lugar para ver un partido debido a que los jugadores a penas se alcanzar a ver.
De manera prematura, el estadio donde el FC Ural de la Liga Premier de Rusia disputa sus partidos como local, terminará su ciclo como estadio mundialista al sólo haber albergado cuatro compromisos de Fase de Grupos, el último compromiso será el de México contra Suecia.
Luego del partido del conjunto Tricolor, se le devolverá su capacidad normal, para mantener su legado arquitectónico que se remonta hasta la década de los 50.
En sus primeros años de funcionamiento, fue sede de los Campeonatos Mundiales de Patinaje de Velocidad, celebrado en 1959, así como los campeonatos de la URSS de patinaje en 1958, 1962, 1964 y 1966.
