Pumas le pidió 60 millones de pesos, por año, a Corona, empresa que decidió no continuar como patrocinador del equipo; de acuerdo con la revista Forbes, los universitarios argumentaron que Tecate había puesto esa cantidad sobre la mesa y quisieron negociar sobre
ese monto, situación que Corona no aceptó.
Al percatarse de esta situación, incluso después de haber puesto cartas sobre la mesa con sellos de la UNAM y acuerdos de fin de la relación entre ambos departamentos legales, Pumas se acercó a Corona para rescatar la primera oferta, que es muy inferior, pero la marca les hizo saber que ya no tiene interés en que el logotipo aparezca en el dorso de la playera.
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Pumas pecó de ambicioso al pedir 60 millones. El fin del acuerdo no tiene nada qué ver con el momento del equipo. También pasa por otras circunstancias, como que la marca pretendía experiencias de consumo con el usuario; es por ello que prefieren tener eventos como el Corona Capital o barras en los estadios con el vaso y la temperatura correcta para que se beba una cerveza de barril en condiciones óptimas a -2 grados y con vaso de fécula de maíz, no de plástico.
Tal situación no se lograba en Ciudad Universitaria, porque el estadio es Patrimonio de la Humanidad y no se le pueden hacer ningunas adecuaciones en términos de adaptación de experiencias en las explanadas como las tenía planeada la marca.
En CU se cortaba la venta de cerveza al minuto 15 del segundo tiempo. Mucho porque no tenían las máquinas adecuadas; utilizaban métodos como si el evento fuera en un restaurante. La cerveza de barril caduca rápidamente si no se conserva fría. Es por ello que se prefería ya no abrir barriles al segundo tiempo, porque no podían resguardarlo en óptimas condiciones.