El 9 de agosto de 1981 quedó marcado en la historia de Pumas como el adiós del mejor jugador mexicano en la historia auriazul: Hugo Sánchez.
Se trataba del partido de Vuelta de la Final ante Cruz Azul. Los del Pedregal cerrarían la serie en Ciudad Universitaria, pero llegaban con un gol en contra, por lo que de inmediato tenían que hacerse sentir en su estadio para seguir peleando por el título.
El marco era inmejorable para despedir a la joya felina, de la que ya se sabía emigraría a España al Atlético de Madrid. El Estadio Olímpico Universitario estaba repleto, al grado de que los aficionados también se sentaron en el pebetero que ese día funcio-
nó como ‘tribuna’, todos los fanáticos de Pumas sabían que estaban cerca de otro campeonato y que además sería la última vez que verían al ‘Niño de Oro’.
Comenzó el partido y los Pumas, dirigidos por Bora Milutinovic, querían sacarse la espina de la Final de la Temporada 78-79 que les ganó Cruz Azul y en la que Hugo al igual que en la 80-81, era el capitán universitario fue justo Hugo, quien al minuto 11 del partido, cuando de cabeza y luego de una jugada que él mismo fabricó, anotó el primer tanto puma, con el que igualó el marcador global y regresó a su equipo a la lucha por el título.
Ya luego vinieron los goles de Ricardo Ferretti, Manuel Manzo y Enrique López Zarza.
Entonces, el timonel felino decidió que el minuto 86 era el momento perfecto para que la afición universitaria se rindiera ante su ídolo. Hugo salió de cambio por Luis Flores.
Aplausos, gritos y porras fueron la manera en que los fanáticos despidieron a quien con el tiempo se convertiría en el futbolista mexicano más exitoso en el extranjero: brillando con el Atlético y el poderoso