Baja la cara y su mirada se pierde, la tristeza lo inunda al hablar de la situación que Cruz Azul vive. Christian Giménez pasó ocho años en el club, suficientes para convertirse en ídolo y hoy, en un hincha más que lamenta la lo que ocurre en el equipo.
Conoce las entrañas de La Máquina, vivió en carne propia la desesperación de un proceso agónico que sólo se curará con un título. Sufrió con los que el próximo sábado serán sus rivales. Con esos hombres que no dejan de escuchar desde las tribunas que les faltan huev... que parece que no tienen sangre en las venas.
Será el último juego del Chaco en la cancha del Estadio Azul, una despedida amarga, llena de “sentimientos encontrados”, porque su profesionalismo y amor al Pachuca no le permiten pensar en otra cosa que no sea el triunfo, pero su corazón y cabeza no pueden desechar la situación de los celestes.
El sábado te despedirás del Estadio Azul…
Cuando uno se pone a revisar las cosas se da cuenta de que fueron ocho años viviendo en esa casa; tengo la posibilidad de volver el fin de semana, es un partido especial por el cariño que le tengo a la institución. Voy a tener sentimientos encontrados, porque también va a ser el último partido en el Estadio Azul. Pensé que no me iba a despedir de ese estadio y bueno, sería muy lindo poder jugar el fin de semana.
¿Cómo es enfrentarse hoy al equipo donde te convertiste en ídolo?
Agradezco a Dios haberme dado la posibilidad de vestir esa camiseta tanto años, tanta lucha… porque no es sólo entrar a la cancha, son un montón de cosas que uno debe defender cuando viste esa camiseta. Y siempre cuando un jugador se va de un club, lo recuerdan por un título y en este caso a mí no se me dio lo del título. Sin embargo, la gente me sigue recordando cuando ando en la calle o con la familia. Ese cariño no se lo gana uno siendo lindo, sino con trabajo y esfuerzo. Estoy agradecido con lo que me dieron y que me dan.
Entonces, te duele, te da tristeza el momento que hoy viven...
Sí, esa es la palabra: “triste”. Por la desesperación que veo en muchos amigos que tengo en el club, en mi hijo. Sí, uno se pone medio triste porque conoce el entorno y ver así al club es difícil.
El estrés y la presión existen en todos los equipos, pero en Cruz Azul te consumen…
Sí, sí, realmente estoy de acuerdo con eso. También es cierto que ese estrés y esa presión la puedes tomar para el lado positivo, para sacar fuerzas. Realmente (en Cruz Azul) había momentos de mucha presión, de mucha tensión, pero siempre trataba de pensar que en algún momento se podía cambiar la historia. Yo quería pertenecer al cambio de la historia, pero cuando uno está ahí adentro se hace difícil, se hace más complicado.
El tiempo te consume, la paciencia se agota...
Lamentablemente es así (ya no hay paciencia). La presión que se vive por un campeonato es mucha, pero hay que meterle. Al fin y al cabo es futbol. Todos los jugadores tienen un amor propio, yo lo decía en Cruz Azul, sí hay mucha presión por un título, pero esa presión me hacía pensar que quería quedar en la historia si lo ganaba. Y eso siempre me sacaba adelante, junto con la gente que me apoyaba a mí y al equipo. Hasta que un día me dijeron que ya no y me tuve que ir.
En la tribuna se siguen escuchando los mismos adjetivos, que al futbolista no le gustan: que no ponen lo que hay que poner, los tildan de pecho fríos...
No va por ahí, va más por el lado mental. Me tocó ver el partido del fin de semana y merecía ganar Cruz Azul, Tiago Volpi tuvo una excelente tarde y como pasa en Cruz Azul, no te da tiempo a la reacción y perdió un partido que no merecía perder. No pasa porque el jugador no tiene sangre. Conociendo a mis excompañeros, tienen sangre, juega bien, pero a veces hay cosas que pesan como lo mental y en una jugada te voltean.
¿Te dolía que te llamaran pecho frío o que le llamaran así a un compañero?
Claro, siempre fui de la idea de que mis compañeros son sagrados. Se rompen la mad... en el día a día en el trabajo y a veces no salen tan bien, pero son los momentos en los que se hace más lindo quitar las piedras en el camino y sortear los obstáculos que uno tiene y salir adelante…
Tú dices que se rompen la mad..., ¿entonces cuál es la reflexión? ¿por qué no les alcanza?
Por lo que uno sabe y lo que ve, sí obviamente es que llega un momento de desesperación, porque las cosas no salen como uno quiere. En varios partidos se han dado que buscan y no convierten, siguen intentando, siguen intentando y es todo cuesta arriba, son los momentos en los que uno tiene que agarrarle la mano al compañero, dejar de lado todas las cosas que puedan pensar, salir adelante y jugarse la vida por la institución y por el compañero.
¿Hubo un momento en que dejaste de disfrutar en Cruz Azul?
No. Toda mi vida luché por ser jugador de futbol, me ha costado mucho y me di cuenta de que cuando las cosas andaban mal, atrás mío estaba una familia que me orientaba apoyaba para salir adelante y se me venían los recuerdos de la infancia, se me venían los recuerdos de que desde chico tuve que dejar a mi familia, no fue fácil, pasaron muchos tropiezos. Y cuando uno tiene una cierta edad, porque a mí me tocó Cruz Azul en una cierta edad, traté siempre de ser positivo, de ser fuerte, a pesar de los obstáculos, porque uno se siente, por momentos, como que se te cae el mundo encima. Pero la gente de Cruz Azul siempre está.
El hubiera no existe, pero...¿Crees que con Paco Jémez las cosas serían distintas, este torneo hubiera sido el bueno?
Si se hubiese quedado, sí. Creo que ya conocía el plantel, sabría qué líneas reforzar y un montón de cosas. Pero bueno, las incorporaciones que se hicieron hoy en Cruz Azul son de muy buena calidad, siempre cuando uno llega a un lugar como México que es diferente y un jugador no está acostumbrado, le cuesta. Hay que tener tiempo y paciencia.
También recordemos que al principio le costó (a Jémez), no todo fue color de rosa, pero él sabía que con el tiempo las cosas se iban a dar. Con un estilo diferente del que vemos hoy de Cruz Azul, pero todos los que estuvimos ahí con Paco sabemos que fueron momentos difíciles. Después de seis torneos sin clasificar y llegar a una calificación, le tuvimos que sufrir. Para sacar adelante la adversidad tienes que masticar bronca, comértela y sacarla dentro del terreno de juego y eso es lo que hicimos con Paco.