Matías Almeyda, técnico de Chivas, insultó al árbitro, César Ramos, al llamarlo "delincuente", al final del duelo contra las Águilas del pasado jueves, en la Ida de los Cuartos de Final.
El hecho quedó sentado en la cédula del silbante y podría venir un partido de suspensión para el estratega del Rebaño por "lenguaje soez", por lo que estaría imposibilitado para estar en la banca en el juego de Vuelta, de este domingo, en el Estadio Azteca.
Guadalajara quiere minimizar la situación, pero si no hay "mano negra" en la cédula, será inevitable el castigo al estratega argentino, si es que se cumple con el reglamento al pie de la letra.
Ramos Palazuelos tuvo una actuación polémica en el Estadio Chivas, ya que ambos equipos se quejaron de que no les marcaron penaltis y también Rubens Sambueza y Ángel Zaldívar vieron las tarjetas rojas.
América no tiene planeado apelar la suspensión de Sambu, ya que es difícil que los azulcrema "ganen una" ante la Comisión de Árbitros, la Disciplinaria y la misma de Apelaciones y sigue la idea de que sólo es dinero "malgastado". Para buena fortuna, sólo se espera un partido de castigo para el volante argentino.
En enero pasado, César Ramos externó su molestia, ya que los hombres de negro siempre están "atados de manos" y deben soportar todo lo que se llegue decir de ellos y los insultos dentro del campo.
"Desgraciadamente uno está atado de manos y no puede expresarse, y muchas veces sí da coraje que escuches algo que no ocurrió. En algunas ocasiones me gustaría hablar cara a cara con los jugadores o entrenadores que se quejan", dijo el nazareno.