Producto de un primer tiempo para el olvido, en el que recibió tres tantos en solo 15 minutos, Cruz Azul sumó su segunda derrota en Copa MX, esta vez por 1-3 contra Puebla, para, prácticamente, tirar la oportunidad de luchar por el trofeo, pues con dos juegos más por disputar, el panorama se ha tornado complejo.
Aunado a ello, el funcionamiento terminó por convertirse en algo preocupante por parte de los comandados por Pedro Caixinha, que mostraron pocas variantes a la ofensiva, sumado a un mediocampo desorganizado, una defensiva rota y elementos como Carlos Peña y Walter Montoya con una evidente falta de ritmo, el cual parece complejo que puedan tomar tan solo en el torneo de Liga MX.
Luego de que el cuadro celeste solicitara penalti por una caída de Edgar Méndez en el área rival, Puebla ejecutó un contragolpe fructífero que terminó en una falta de Guillermo Allison sobre Félix Micolta. La pena máxima fue señalada y Francisco Torres otorgó el 0-1 al Puebla.
El equipo de Caixinha lucía sin pies ni cabeza mientras un solo hombre poblano, Micolta, era capaz de exhibir en solitario a los de La Noria.
Un disparo de Torres de larga distancia volvió a hacer evidente la desconcentración defensiva celeste al 19' y Alejandro Chumacero, con un zurdazo lejano, lo confirmó de nueva cuenta al 33'. La Máquina ya estaba siendo goleada.
Pero el inicio del complemento significó una nueva cara para Cruz Azul, que al 47' obtuvo el descuento a través de un cabezazo de Jordan Silva en jugada fabricada a balón parado. Cruz Azul respiraba.
Con las entradas de Felipe Mora y Rafael Baca, Caixinha hizo evidente la importancia que representaba corregir el rumbo del encuentro. Con base en más determinación que juego colectivo, Cruz Azul lo intentó, teniendo en Edgar Méndez a su elemento con más intenciones de revertir la situación.
Sin embargo, el tiempo resultó ser insuficiente y a pesar de generar algunas oportunidades más de gol, Cruz Azul acumuló su segundo descalabro copero para dejar nublado su panorama en la competencia.
