Neymar volvió a sus raíces a costa del Villarreal; con un detalle de alta calidad estética, el atacante brasileño pasmó al mundo y recordó sus mejores momentos con la pelota en los pies.
Cuando el partido entre el cuadro blaugrana y el Submarino Amarillo marchaba 2-0, 'Ney' logró un gol de antología a costa de la endeble zaga que intentó frenarle sin esperar la genialidad con la que serían vacunados.
El astro sudamericano fue asistido desde el costado izquierdo; controló en primera instancia como el abdomen, y sin dejar caer el balón sorprendió a su marcador con un sombrerito preciso para acomodar la redonda sobre su pierna más hábil: un potente balazo concluyó la jugada y enloqueció la tribuna.
Como ocurriera en sus días más luminosos en el Santos de Brasil, Neymar desplegó la bandera del 'Jogo Bonito' y al 85', cuando el juego estaba resuelto, se llevó la muy merecida palma del respetable.
El detalle técnico del joven atacante llegó como la cereza que coronaba el asalto al liderato comandado por el Barcelona; ambos logros dueron celebrados como, paradójicamente, lo dicta la lógica: el dedo circulando por la cabeza en señal de locura.