La inmunidad parece haber llegado a su fin para Joseph Blatter. Y es que el aún presidente de la FIFA, de momento, no podrá salir de Suiza y parece que el resto de sus días están condenados a vivir de una manera de semicautiverio. En caso de que cruce la frontera de dicho país puede ser detenido de inmediato y puesto a disposición de las autoridades.
Desde que estalló el denominado FIFAGate, Blatter se ha cuidado mucho de salir de la que era su inexpugnable residencia suiza. Primero fue el Mundial Sub 20, después el Mundial femenino y lo último el sorteo del Mundial de Clubes, que por obra y gracia pasó de celebrarse en Tokio a hacerlo en Zurich. Y todos estos movimientos antes del asalto a su despacho presidencial de la sede de la casa del futbol mundial.
Si no hay renuncia de por medio, el futbol sólo puede librarse de Blatter si el Comité de Ética que preside el suizo Cornel Borbely decide suspender de funciones al aún presidente o por una eventual entrada en prisión del mandatario, tal y como les ha sucedido a otros siete de los que eran compañeros de Ejecutiva. La palabra la tiene la fiscalía suiza. De momento, Blatter deberá permanecer en Suiza.