Un triunfo convincente contra el Sevilla, transformado en el segundo tiempo por el belga Yannick Carrasco y el francés Antoine Griezmann 2-0, lanzó a la segunda plaza al Atlético de Madrid, ganador por ocasiones, determinación y pegada ante un insustancial equipo andaluz, con errores atrás, muchos amagos y una sola ocasión.
No marcó el Atlético en un primer intento de Vietto, una de las cinco novedades del medio once que cambió Simeone, y no entendió como penalti el árbitro Martínez Munuera una mano de Franco Vázquez tras un taconazo de Griezmann. Ni encontró el gol el Sevilla en un disparo de Pablo Sarabia que primero rechazó Savic y luego el poste.
Todo dentro de un combate feroz por cada pelota, por arriba, por abajo, atrás, delante o en el medio campo, con intensidad y con un ritmo exigente, incontrolable incluso, derivado en imprecisiones y decaído después, como lo hicieron las oportunidades, sólo una más antes del descanso: una volea de Filipe Luis contra la cruceta.
Había perdido ya fuerza ofensiva el encuentro, porque a la sostenida posesión del Sevilla le faltaba un plus de profundidad, porque a la verticalidad del Atlético le sobraba precipitación y porque enfrente de uno y de otro había dos defensas contundentes, rumbo al vestuario en el descanso con un empate a todo, pero a cero.
El déficit indudable y principal del choque, subsanado de inmediato por el Atlético. Por Vietto, cuya arrancada en medio campo fue un tercio del gol; por N'Zonzi, con ventaja después en la carrera cuerpo a cuerpo con Yannick Carrasco y con un error impropio de su fiabilidad; y por el extremo belga, listo para recoger el regalo, sortear a Sergio Rico y abrir el marcador en el minuto 47.
En la respuesta en el cuarto de hora posterior al gol, sólo una oportunidad del Sevilla, fruto del balón parado y de un barullo en el área que terminó sin remate; el fin real de cada jugada, con el gol como extensión, cuando uno va por detrás en el marcador y que no encontró jamás el conjunto visitante en todo el segundo tiempo.
No le faltó al Atlético después, con una jugada que inició Saúl, pasó por Correa, dio profundidad Koke, centró Carrasco y peleó y transformó en gol Griezmann, previo pase de Filipe Luis y desajuste defensivo del Sevilla, con Lenglet anclado en torno a su portero; una concesión más que no perdonó el internacional francés. 2-0.