Guillermo de la Fuente, director técnico mexicano que fue descubierto por Pedro Caixinha durante su paso por Santos en 2012-2015, actualmente se encuentra en una situación delicada de salud tras ser hospitalizado debido a los impactos de bala que recibió en Georgia.
Los hechos ocurrieron el pasado 20 de marzo, cuando el joven entrenador fue víctima de un ataque con arma de fuego cuando se encontraba caminando junto a su pareja por las calles de Tiflis; un desconocido abrió fuego, provocando que uno de los disparos impactara su pierna.
"Estaba caminando con mi novia y escuché a un hombre de 40 años gritando en la calle, sonaba muy furioso. Vi a un grupo de mujeres asustadas caminando hacia nosotros. En ese instante vi al hombre y me vio, como a 10 o 15 metros de distancia. Entonces le dije a mi novia que empezáramos a caminar en la dirección opuesta para no encontrarnos con él. Pero dos pasos más adelante escuché un balazo muy fuerte, me había disparado en la pierna derecha.
"Grité pidiendo ayuda, me ayudó una doctora que pasaba por ahí. Llegaron la policía y la ambulancia después. Había mucha gente que miraba todo. Me tuvieron que operar en el hospital, tenía una fractura en el fémur, la bala me había traspasado. Estaré uno o dos meses en recuperación. La policía ya atrapó al hombre que me disparó", declaró en entrevista con Bolavip.
Asimismo, De la Fuente mencionó que ha buscado ayuda en el consulado de Turquía, que tiene jurisdicción en Georgia quienes lo asistieron interviniendo para que no firmara ningún documento sin contar con un abogado.
"Me interrogaron dos policías y un traductor. Yo solo había dormido dos horas. Les conté mi testimonio de lo que sucedió. Me dijeron que tenía que firmar el testimonio, pero el testimonio estaba en idioma georgiano, así que no quería firmarlo. Les pedí que lo hicieran en inglés, o que si me permitían tomar una foto para enviarla a un traductor. El traductor dijo ‘esto no es México, no se pueden sacar fotos de esto’. Entonces me negué a firmar, les comenté que traería un abogado. El traductor me insistió en que tenía que creerle a la policía, o que llamara a mi embajada", añadió.
Por su parte, la abogada les ha ayudado para enfrentar este problema y confía que la Secretaría de Relaciones Exteriores los apoye para que se imparta justicia con el agresor.
"No quiero un escándalo internacional, nada de eso. Únicamente pido que mi atacante reponga todo lo que he gastado, incluidos los honorarios de la abogada, y se haga cargo de todo lo que costará mi periodo de rehabilitación. Quiero que la embajada de México en Turquía esté al tanto de que no vaya a haber anomalías en el caso y se desarrolle con apego a los órdenes legales y jurídicos correspondientes", indicó.