La pasión por el futbol y el incansable sueño por trabajar en lo que le gusta lo llevaron a otro mundo.
Al tener pocas oportunidades en México, Alberto Alvarado Morín se embarcó en una aventura gélida en la que ahora brilla con luz propia y es reconocido como el máximo goleador.
A más de 10 mil kilómetros de distancia de la Ciudad de México, el delantero de 30 años encontró un nuevo hogar, una nueva cultura primermundista y, sobre todo, un lugar extremadamente diferente a su país natal que le abrió las puertas: Finlandia.
“Llegué el primer día y era algo que nunca había vivido. Al ver el paisaje nevado y sentir las temperaturas entre los -30 y -40° lo primero que pensé fue 'yo no pertenezco aquí, me voy a regresar a México'”, revela el ariete.
“Pero después me di cuenta de la riqueza cultural del país y de que tenía que luchar por mi sueño y aquí estamos”, continúa.
El fin de semana pasado se consagró como el mejor anotador de la Segunda División del país europeo con 17 anotaciones marcadas con el AC Oulu (empató el récord histórico de la Liga).
“Llegué a otra vida, a otro mundo. Estoy muy contento, primero que nada por tener un trabajo y después porque las cosas se me han ido dando poco a poco, cuando llegué jamás imaginé que sería campeón goleador del torneo”, indicó Alberto Morín en charla con RÉCORD.
Morín, quien comenzó su trayectoria en Pumas Naucalpan de Segunda División y después tuvo un breve paso por Potros UAEM, no encontró la consolidación hasta que decidió dejar el país.
Pasó por el FF Jaro finlandés, y el Zaria Balti de Moldavia, antes de fichar, ahora sí con mayor cartel, con el Oulu, conjunto con el que también colaboró con siete anotaciones en la Copa y sus dianas en la Liga hicieron que terminaran en el cuarto puesto.
“La comunicación al principio es difícil, aunque el idioma del futbol es universal; llegar a un lugar donde no te conocen, con otro idioma, cultura y alimentación en un principio me costó”.