En la tarde que ponía en escena el proyecto de Ole Gunnar Solskjaer ante los ojos de todo el mundo, contra un rival de entidad como el Tottenham, dos jugadores en forma de David de Gea y Marcus Rashford llevaron los tres puntos a Manchester United por 0-1.
Los Diablos Rojos carecían de posesión, pero se aferraron al desborde de Rashford, Anthony Martial y Jesse Lingard; los tres intercambiándose posiciones arriba. Solskjaer prescindió de un 'nueve' y dejó que el tridente se moviese a su antojo por la línea ofensiva.
Pasados los treinta minutos, el Tottenham se echó para adelante y tuvo, por medio de Kane, el gol en varios barullos en el área, pero la colocada defensa roja los desvió.
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Un tanto anulado a Kane, por posición de fuera de juego tras cabezazo de Alli, precedió a la jugada que cambió los planes londinenses. Moussa Sissoko se rompió muscularmente en una carrera por la banda y Erik Lamela tuvo que sustituirle.
Con el descanso en la mente de todos, Pogba, revitalizado bajo el mando de Solskjaer abrió una contra con un pase en largo a Rashford, que se encargó de cerrar la primer parte y el primer gol, con un derechazo cruzado ante Lloris.
Los Diablos perdonaron y Alli también, encontrándose en una contra llevada maravillosamente por Eriksen y Kane, con el muro de De Gea. Su pierna derecha, hincada en el suelo, evitó el empate, como lo volvería a hacer, esta vez con la zurda, en un remate de Alderweireld en el primer palo a la salida de un córner.
El Tottenham acabó el encuentro con Fernando Llorente, Kane, Lamela, Son y Alli sobre el campo y ni aún así pudo contrarrestar las once paradas de De Gea, convertido en el héroe de un United que suma seis victorias consecutivas desde que se fue José Mourinho y que es sexto de la tabla empatado a 41 puntos con el sexto, el Arsenal