Thierry Henry, quien ganó la Copa Mundial de 1998 y luego el Campeonato Europeo de 2000 con Francia y es el goleador histórico de Arsenal, se ha expresado abiertamente sobre “haber estado deprimido” durante su carrera como futbolista.
El retirado delantero de 46 años reveló que durante el comienzo de la pandemia de coronavirus pasó un periodo en el que “lloraba casi todos los días”.
Henry, actual técnico de la selección Sub21 de Francia, vinculó sus problemas a su pasado y el deseo de recibir aprobación al crecer con un padre que era muy crítico con su rendimiento en la cancha.
En una charla en el podcast “Diary of a CEO”, Henry manifestó: “A lo largo de mi carrera, desde que nací, debí haber estado deprimido”.
“¿Que si lo sabía? No. ¿Hice algo respecto? No. Pero me adapté de alguna manera. Eso no significa que podía caminar bien, pero sigo caminando. Hay que dar un paso adelante y otro, y caminar. Eso es lo que indicaron desde que era un jovencito”, señaló.
“Nunca he parado de caminar, así me hubiera dado cuenta. (Pero durante) COVID, paré de caminar. No podía. Y ahí te das cuenta", añadió.
Henry, autor de 228 goles en todas las competiciones durante dos etapas con Arsenal, mencionó que cargaba una “capa” para cuando “intuía que se venía algún problema” a lo largo de su carrera. Añadió que, tras retirarse en 2014, pasó a “intentar encontrar una manera de usar esa capa”.
Había sido parte del cuerpo técnico de la selección de Bélgica y dirigió al Mónaco de la liga de Francia antes de asumir como técnico del Montreal Impact a fines de 2019.
“Se vino el COVID. Estaba aislado en Montreal, y no poder ver a mis hijos durante un año fue durísimo", dijo.
“Lloraba cada día sin mediar motivo”, relató. “Las lágrimas brotaban así no más. No me lo podía explicar, pero quizás era algo que venía de mucho tiempo atrás”.
“Técnicamente, no era yo, era el jovencito. (Lloraba) por todo lo que no recibí, la aprobación”, agregó.
Henry dijo que su padre era “muy exigente a veces sobre cómo yo jugaba”.
“De niño siempre era: ‘No lo hiciste tan bien’. Entonces, obviamente, cuando te toca escuchar eso con tanta frecuencia, pues se te queda”, indicó.
Al reflexionar sobre el momento en el que regresó a casa y se alistaba para volver a Montreal a inicios de 2021, detalló: “Bajé las valijas para despedirme y todos se pusieron a llorar, la niñera, mi novia, los niños”.
“Por primera vez me sentí que no se me veía como un futbolista, sin los elogios. Me sentí como un ser humano”, añadió.
“Dejé las valijas tiradas y no seguí como entrenador en Montreal. Me pregunté que estaba haciendo: ‘Ir allá otra vez a una situación en la que sólo buscaba complacer a la gente? Ellos adoran a Thierry, no a Thierry Henry’. Me quedé, por primera vez me sentí como un ser humano... Fue una bonita sensación”.