La Eliminatoria Mundialista de la Conmebol rumbo al Mundial 2026 regresó este jueves 14 de noviembre con un clima de tensión y altas expectativas, especialmente para Venezuela, que se encuentra en una situación crítica en la tabla. La selección local, conocida como la “Vinotinto”, protagonizó un empate agónico ante Brasil en el Estadio Monumental de Maturín, en un encuentro lleno de dramatismo que terminó 1-1.
El partido, correspondiente a la Jornada 11, tuvo su momento más insólito en el tiempo agregado de la segunda mitad. En el minuto 93, cuando Raphinha, delantero brasileño, se preparaba para ejecutar un tiro de esquina, los aspersores de agua del campo se activaron de manera inesperada, empapando la zona de juego y generando la indignación de los jugadores de la “Canarinha”.
Aunque el tiro de esquina finalmente se cobró, el árbitro tuvo que interrumpir el juego poco después, lo que desató fuertes reclamos de los brasileños, quienes consideraron la situación como una maniobra para frenar su avance en el marcador.
Vinícius Júnior, visiblemente molesto, lideró los reclamos contra la interrupción y la queja hacia los organizadores del evento. La controversia añadía un toque de suspenso al final del partido, en el que Venezuela, con un hombre menos tras la expulsión de Alexander González en el minuto 89, se defendía contra un Brasil decidido a llevarse la victoria.