El Liverpool, vigente campeón, no falló y certificó su clasificación para los Octavos de Final de la Champions League como líder del Grupo E, tras imponerse este martes por 0-2 en su visita al Salzburg en un frenético encuentro en el que los de Jürgen Klopp impusieron su contundencia en las dos áreas.
Al partido no le faltaron ocasiones de peligro, que quedaron reflejadas en la estadística, que registró que entre los dos equipos -seis del Salzburg y cinco del Liverpool- habían disparado en once ocasiones en los primeros veinticinco minutos de juego.
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De hecho, las ocasiones no dejaron de suceder, pero Alisson y Stankovic se encargaron de impedir con sus intervenciones que ni Salzburg ni Liverpool pudieran marcar.
Sin embargo, el guardameta del Salzburg no pudo evitar el gol de Keita, que firmó a los 57 minutos el 0-1 al rematar de cabeza un centro de Mané, que no desaprovechó un espectacular pase del lateral Trent Alexander-Arnold de banda a banda para internarse en el área del Salzburgo.
Un golpe que pareció aturdir al conjunto local, que un minuto más tarde quedó completamente fuera con el segundo tanto del Liverpool, obra de Mohamed Salah, que se resarció de sus fallos anteriores con una magnífica definición.
Casi sin ángulo y tras sortear al portero local, el egipcio, que se había encargado de propiciar el fallo del defensa camerunés Jerome Onguéné con una atosigante presión, estableció el 0-2 con un sutil remate con la derecha, su pierna menos buena.
Dos goles que acabaron con cualquier posibilidad de clasificación del Salzburg, que se estrelló ante la solidez y, sobre todo, la pegada de un Liverpool, vigente campeón, que demostró que sigue inspirado para retener el trono que conquistó el pasado año en Madrid.