El alemán Pascal Gross, con una pena máxima anotada a poco del final, evitó el triunfo del Liverpool en su visita al Brighton (1-1), equipo que coquetea con la zona descenso y que ya había fallado un penalti en la primera mitad, sin goles entonces en el marcador, en un partido que vio además como a los de Jurgen Klopp el VAR le anulaba dos tantos.
Tres días después de su derrota europea casera ante el Atalanta (0-2), que vino a poner emoción a un grupo que ya daba al Liverpool con los dos pies en Octavos de la Liga de Campeones, el conjunto de Jurgen Klopp, defensor del título en la Premier, volvió a fallar. Lo hizo en un campo teóricamente favorable, pero en un duelo que tuvo de todo, siendo el VAR uno de sus grandes protagonistas.
Y es que el videoarbitraje anuló dos goles al Liverpool, a Salah (34') por ajustado fuera de juego, y a Mané (84'), también por posición adelantada; además de facilitar al árbitro la revisión de la acción de Robertson que valió el penalti (91') que trajo el empate local.
Antes, el duelo había visto de inicio a un Brighton agresivo, que gozó pronto de dos claras ocasiones de marcar: 'mano a mano' no bien resuelto por Aaron Connolly (10'), y, sobre todo, una pena máxima enviada fuera por Maupay (20'). El Liverpool también rondó el gol, pero sin tan claras ocasiones. Fue una primera parte llena de emoción y más equilibrada de lo pensado.
Tras el descanso, el Liverpool apretó pero el Brighton siguió sin perderle la cara. Pero en el minuto 60 apareció el portugués Diogo Jota, el gran fichaje del Liverpool para la presente temporada, que con una gran acción, recibiendo, entrando en área, amagando a los defensas y con ajustado disparo raso, puso el 0-1 en el marcador. Los 'reds' pudieron sentenciar luego, pero también sufrir el empate. Y, a seis minutos del final, se las prometieron felices cuando Mané, que había saltado en lugar de Salah, ponía aparentemente el 0-2 en el marcador. Pero el VAR intervino, y anuló el tanto.
Cuando todo parecía encaminarse a un ajustado triunfo del Liverpool, en el minuto 91, de nuevo intervino el VAR. Robertson midió mal, de inicio no pareció ir a más la acción, pero el videoarbitraje avisó al silbante, que fue a ver la jugada a la pantalla y, después, decretó pena máxima. No falló Gross, que puso el 1-1, ya definitivo.
El Liverpool, con un punto de ventaja sobre el Tottenham, deja camino libre para que este domingo el equipo de José Mourinho, de ganar en su visita al Chelsea, se marche como líder en solitario.
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