Flamengo conocía "el gran riesgo" y fue advertido de la "atención urgente" que requerían las redes eléctricas en su centro de entrenamiento nueve meses antes de que en uno de sus alojamientos murieran diez jóvenes a causa de un incendio, informó este miércoles el portal UOL.
Los dirigentes del club brasileño sabían que la situación era "de alta relevancia" desde el 11 de mayo de 2018, según mensajes internos citados hoy por el medio periodístico.
La tragedia ocurrió en la ciudad deportiva Ninho do Urubu (Nido del Buitre), en Río de Janeiro, el pasado febrero del 2019.
De acuerdo con UOL, un técnico de seguridad laboral del club hizo el 10 de mayo de ese año una inspección en las instalaciones y al día siguiente envió un correo electrónico a los responsables con los resultados.
"La situación es de alta relevancia y gran riesgo" y es necesaria "la atención urgente de algunos puntos", como "la caja de fusibles del poste de al lado del comedor, disyuntores y cableado en el jardín, y la caja de fusibles detrás del alojamiento de la base", alertó Wilson Ferreira, trabajador del Flamengo.
Un día después, el documento llegó al director ejecutivo de Administración del Ninho do Urubu, Marcelo Helman. Además, la evidencia incluía una decena de fotografías que mostraban los errores realizados en el cuadro eléctrico situado en la parte de atrás del alojamiento destinado para los canteranos del club, donde ocurrió el incendio el 8 de febrero de 2019.
El alojamiento en realidad era un conjunto de contenedores adaptados como dormitorios que quedó calcinado tras un cortocircuito en uno de los aparatos de aire acondicionado del local.
Según la documentación en manos de la Alcaldía, en el área en que estaban los dormitorios debería ser un estacionamiento.
Desde la tragedia, el departamento jurídico de la entidad ha abierto diferentes procesos negociadores con los familiares de las víctimas mortales para indemnizarles.