Las autoridades argentinas decidieron reforzar el operativo de seguridad del partido de Vuelta de la Final de la Copa Libertadores entre River Plate y Boca Juniors que tuvo que ser aplazado este sábado por actos violentos.
De acuerdo con el diario argentino 'La Nación', alrededor de dos mil 700 elementos, mil 800 policías y 900 guardias privados, resguardarán el bienestar de los asistentes y de ambos equipos en el Estadio Monumental.
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Después de que el autobús de los jugadores del Boca fuese apedreado y varios de sus jugadores resultasen heridos, fuentes del Ministerio de Seguridad confirmaron un aumento de los efectivos antidisturbios del dispositivo, que involucra a fuerzas provinciales y estatales.
El operativo incluirá "más policía montada y carros hidrantes", aseguraron sin dar números, así como "más seguridad alrededor de los jugadores".
Además, el tramo del recorrido del autobús del Boca Juniors en el que fue atacado por hinchas del River se cerró con varios niveles de vallas de seguridad.