La Final de la Copa Libertadores entre Boca Juniors y River Plate fue suspendida debido a los actos violentos que se llevaron a cabo a las afueras del Estadio Monumental, ya que los hinchas Millonarios atacaron el autobús donde eran transportados los jugadores Xeneizes, justo cuando llegaban al inmueble.
Ese ataque a pedradas provocó que varios elementos de Boca resultaran heridos, entre ellos Pablo Pérez, quien resultó lastimado del ojo izquierdo, por lo que tuvo que usar un parche. Pérez y Gonzalo Lamardo fueron trasladados al hospital Otamendi para ser atendidos.
La violencia no paró en las inmediaciones del inmueble ya que muchos aficionados de River sin boleto dieron un portazo para ingresar al Monumental y ocupar algunas de las tribunas.
Ante ello, la Conmebol indicó que el juego sí se llevaría a cabo y hasta River anunció a sus once jugadores; sin embargo, Alejandro Domínguez, presidente del organismo, se reunió con los presidentes Rodolfo D'Onofrio y Daniel Angelici, posteriormente se anunció que la Final se suspendería a las 18:00 horas, tiempo de Argentina.
Tras ello, el director técnico de River Plate, Marcelo Gallardo, mostró su solidaridad hacia el rival al mencionar que si deseaban suspender el partido, ellos respaldaban esa decisión
Posteriormente ocurrió otra reunión entre los dirigentes y el presidente de la FIFA, Gianni Infantino. Al término de la misma la Conmebol hizo público un documento en el que se mencionaba que los médicos no pudieron comprobar las lesiones en los jugadores de Boca, por lo que mencionaron que "no existe causal para la suspensión del partido", por lo que la Final seguía en pie.
Los jugadores lesionados, Pablo Pérez y Lamardo, regresaron del nosocomio con parches en los ojos para jugar el partido contra River Plate, al tiempo que la Conmebol anunció que el duelo se reprogramaría a las 19:15 horas.
Todo corría con normalidad para que se jugara el Clásico Argentino, pues ambos equipos se preparaban para realizar el calentamiento, al igual que el cuerpo arbitral; sin embargo, los Xeneizes no salieron al campo.
Existió una nueva reunión con el presidente de la AFA, Claudio Tapia, y una vez que ocurrió la misma, comienza a correrse la voz de que el partido sería suspendido hasta el domingo 25 de noviembre y aunque el sonido local no lo hizo oficial, los hinchas de River comenzaron a abandonar las tribunas.
Tras ello, los presidentes de ambos clubes salen a dar declaraciones, el dirigente de River tuvo el susto de su vida ya que debió interrumpir la entrevista con Fox Sports Argentina porque los hinchas salieron corriendo por uno de los pasillos del Monumental.
El timonel Millonario, Marcelo Gallardo salió al campo para platicar con jugadores y cuerpo técnico de Boca, luego de los incidentes que se llevaron a cabo.
Los jugadores Xeneizes se preparaban para dejar el inmueble, Darío Benedetto comentó: "que le den la Copa a River que tiene tanto peso en la Conmebol". Por su parte, Carlos Tévez también expresó su descontento: "si esto lo hacía Boca, la Copa ya era de River". Por su parte, la Conmebol indicaba que la suspensión del partido fue por culpa de unos inadaptados.
Por todos los disturbios que ocurrieron , el director de la Agencia Gubernamental del Control del Gobierno de la Ciudad, Ricardo Raúl Pedace, dio a conocer que el Estadio Monumental fue clausurado, por lo que River intenta impugnar para quitar dicha clausura.
También, debido a que se empalmará con la Final de la Copa Libertadores, el duelo entre San Lorenzo de Almagro y Huracán, correspondiente a la Superliga Argentina, fue pospuesto.