El tetracampeón mundial de Fórmula 1, Max Verstappen, cumplió este viernes en Kigali, Ruanda, el servicio comunitario impuesto por la Federación Internacional del Automóvil (FIA). La sanción fue resultado de un exabrupto cometido en septiembre pasado, durante una conferencia de prensa del Gran Premio de Singapur, donde el neerlandés usó palabras inapropiadas al referirse al rendimiento de su monoplaza.
Como parte de su castigo, Verstappen visitó el Colegio Politécnico Regional Integrado (IPRC) en la capital ruandesa, donde se reunió con estudiantes que diseñaron un vehículo todoterreno. El encuentro marcó la primera visita del piloto a Ruanda y se convirtió en una oportunidad para destacar el trabajo de innovación tecnológica en el país.
“Muchas gracias por estar aquí. Es mi primera vez en este país”, expresó Verstappen, quien lucía relajado, vestido con jeans y una camiseta gris. En el evento estuvo acompañado por el presidente de la FIA, Mohammed Ben Sulayem, y el ministro ruandés de Deportes, Richard Nyirishema.
Este año, Verstappen consolidó su dominio en la Fórmula 1 al conquistar su cuarto título mundial consecutivo, tras ganar nueve de las 24 carreras de la temporada más larga en la historia del deporte. Sin embargo, su temperamento y declaraciones han sido objeto de atención, como ocurrió en Singapur, lo que llevó a la FIA a imponerle esta sanción ejemplarizante.
El gesto de Verstappen en Ruanda fue visto como un intento por resarcir su conducta y, al mismo tiempo, inspirar a jóvenes ingenieros.
“Es importante mostrar respeto y aprender de las experiencias”, comentó una fuente cercana al piloto, quien parece dispuesto a dejar atrás la polémica.
