El oásis se puede convertir en un cruel espejismo en el desierto. Las Vegas regresa al calendario de la Fórmula 1 tras más de 40 años de ausencia y lo hará de manera espectacular, con una de las carreras más luminosas de la historia.
Sin embargo, el brillo de las luces nocturnas se puede opacar por problemas que ya comienzan a alertar a los pilotos y escuderías de la categoría reina del automovilismo deportivo.
El primer problema que enfrentará la F1 en menos de una semana serán las bajas temperaturas del desierto de Nevada. El pronóstico apunta a 8° centígrados y podría descender aún más conforme pase la noche, pues la carrera iniciará a las 00:00 horas, tiempo de México.
Ese reto pondría en aprietos las estrategias de neumáticos en una pista nueva y que también será un problema por su calidad de desconocida, al menos así lo creen la mayoría de los equipos.
"Dependerá de lo fría que esté la pista", dijo el director de ingeniería de Mercedes, Andrew Shovlin en charla con Motorsport.com. "Haces una salida, es muy difícil encender los neumáticos, o puede haber graining y cosas así. Y a veces esperas a que se caliente un poco. Así que tener que correr y clasificarse en esas condiciones será interesante".
Otro foco rojo serán las características de la Ciudad del Pecado, pues podrían causar confusión en los pilotos. Sobre este tema, incluso se llegó a contemplar la posibilidad de apagar la famosa Esfera por su fuerte resplandor.
De momento, Las Vegas ya ha frenado su euforia por la F1 y los organizadores bajaron de manera considerable los muy altos precios, para que el regreso al serial sea algo histórico, pese a ya no se juega nada por el dominio de Red Bull y Max Verstappen.