En una inusual decisión, la organización del Gran Premio de Las Vegas de F1 desalojó a los aficionados de todas las tribunas antes de la segunda práctica, impidiéndoles presenciar la acción en pista. Según un comunicado en las redes sociales de la carrera, el cierre de las zonas de aficionados se debió a "consideraciones logísticas para nuestros aficionados y nuestro personal."
Los aficionados recibieron la noticia de que debían abandonar las zonas de aficionados durante la Práctica 2, ya que los turnos de los equipos de seguridad habían concluido. Esto generó dificultades para que las tribunas y zonas de aficionados operaran según lo previsto.
El retraso significativo en el programa del primer día del Gran Premio se originó en la cancelación de la primera práctica. Carlos Sainz de Ferrari y Esteban Ocon de Alpine desencadenaron este incidente al dañar sus monoplazas con una tapa de alcantarilla suelta en la extensa sección del Las Vegas Strip de la pista de 6,2 kilómetros.
Los comisarios de carrera y los ingenieros de pista actuaron de inmediato para inspeccionar y reparar las 30 tapas de alcantarilla a lo largo del Strip. Utilizaron una mezcla de asfalto y resina en un esfuerzo por asegurar que permanezcan en su lugar cuando los coches pasen a toda velocidad sobre ellas en la larga recta.
La Práctica 1 del Gran Premio de Las Vegas se vio afectada por un problema con las alcantarillas dentro del circuito callejero, las cuales, con la succión de los monoplazas de Fórmula 1, se levantaban y generaban peligro para los 20 pilotos de la parrilla.
