Las astucia del asturiano. Fueron sólo 53 milésimas la diferencia entre Fernando Alonso y Sergio Pérez en la lucha por el tercer luchar del Gran Premio de Brasil, pero antes de ese suspiro entre el español y el mexicano hubo una guerra intensa que controló con maestría el eterno #14.
En el último tercio de la carrera en Interlagos, el Nano aguantó cada uno de los embates del poderoso RB19 del tapatío. La tarea fue todo menos sencilla, el Aston Martin no es competencia para el toro rojo, pero Alonso supo ponerlo a la altura, incluso sin DRS en el cierre de la pelea con Checo.
"Creo que cuando corres justo delante de otro coche, tienes mejor carga aerodinámica, tienes aire limpio y eso quizás fue bueno para mantener la gestión de los neumáticos. Y él (Pérez) estaba sufriendo un poco al entrar en las curvas 10, 11 y 12 detrás de otro coche", dijo el español al ser preguntado cómo pudo defenderse para mantenerse en el podio brasileño.
"Y ese era probablemente el juego que estábamos jugando. Esas tres curvas eran cruciales para adelantar. Y sí, cuando eres el coche de delante, tienes mejor agarre, siempre", añadió.
El Bicampeón del Mundo fue candidateado para sustituir a Sergio en RBR, pero todo quedó en rumores alimentados por la prensa española. Aun así, ambos pilotos se fundieron en un abrazo tras la épica batalla en São Paulo.
"Honestamente, pensé que tenía las cosas bajo control en el último stint, hasta tal vez cinco vueltas para el final, cuando empecé a empujar un poco más. Tenía más resto en los neumáticos y pensé que todo iba bien. Y Checo estaba jugando el mismo juego. Tenía buenos neumáticos al final de la carrera y me adelantó a dos vueltas del final. Y pensé: 'esto se ha acabado' y entonces tuve una oportunidad más y fue suficiente", finalizó el veterano de 42 años de edad.