Con el Campeonato de Constructores y el de Pilotos en la bolsa, para Red Bull solo queda una misión que cumplir en el año: el Subcampeonato. Por primera vez en su historia, la escudería austriaca busca hacer el 1-2 en el Mundial de la Fórmula Uno y esa gran responsabilidad cae en manos del mexicano Sergio Pérez aunque la mala suerte lo persigue últimamente.
Checo no ha vivido días sencillos tras su abandono en Japón, pero con su talento, experiencia y poder gracias al RB19 tiene todo para retener el subliderato, pese a la presión de los campeones del mundo, Lewis Hamilton y Fernando Alonso.
El mexicano perdió una buena oportunidad de despegarse en el segundo lugar general de 2023, luego de un pésimo Sprint, en el que tuvo que abandonar la carrera por un contacto entre Nico Hulkenberg y Esteban Ocon en la undécima vuelta. Tras el contacto el Alpine se llevó a Checo de por medio terminando la carrera para ambos. Cuando el mexicano intentó escalar posiciones, el alemán de Haas -excompañero del tapatío en Force India- fue contactado por el francés de Alpine -excompañero de Sergio en Racing Point-, lo que provocó que el #11 saliera de la pista y su auto sufriera daños que podrían alejarlo del Gran Premio de mañana.
Pero, aun así, dentro de lo malo hay algo bueno, pues el tricolor se mantiene con una ventaja de 33 unidades sobre el británico de Mercedes y de 49 en la lucha contra el español de Aston Martin.
A lo largo del año, Checo ha sumado ocho podios, con dos victorias incluidas, pero la inconsistencia ha marcado su campaña, con baches muy marcados antes del parón veraniego y pésimas salidas en las calificaciones, situación que lo marca en las carreras dominicales.