La carrera en el Gran Premio de Italia fue peor de lo que esperaba el piloto mexicano Sergio Pérez, quien no pudo escalar posiciones y culminó en el mismo lugar desde el que largó, en octavo. Si bien, se sabía que el RB20 tendría debilidades en Autódromo Nacional de Monza, 'Checo' admitió que desde las primera vueltas ya sabía que no sería una carrera sencilla.
"No esperábamos que fuera tan mal, pero ya en la segunda vuelta me di cuenta de que no podía parar el coche como quería y no podía jugar con él. Creo que con el neumático duro no iba tan mal, pero con el medio era bastante complicado. Con el meno nos comprometimos un poco”, declaró tras la carrera.
A pesar de las dificultades, Pérez se mostró optimista, pues asegura tener claro en dónde se encuentran los fallos que están limitando a su monoplaza. "Lo bueno es que no tenemos preguntas. Ahora sabemos exactamente dónde está el problema. Podemos verlo claramente en los datos.
"Sólo queda cómo solucionarlo, cómo atacarlo. Las próximas semanas van a ser muy importantes", declaró un frustrado Pérez, quien no sube al podio desde abril . "Mañana estaré en la fábrica con todo el equipo, y serán unos días muy intensos".
"El auto está ahí pero es simplemente que el balance no lo podemos encontrar", destacó y externó su confianza en que logren hacer los ajustes necesarios de cara al Gran Premio de Azerbaiyán, una pista en la que el mexicano se ha ganado el apodo del "Rey de las Calles" tras ganarlo en dos ocasiones. Por lo que si logra encontrar las modificaciones adecuadas en el RB20, podría marcar un nuevo punto de partida para Red Bull.