Erick Miranda entró al grupo selecto de árbitros mexicanos que portarán el gafete internacional de FIFA durante este 2016 y su satisfacción es al doble, ya que recientemente se recibió como doctor en Química, lo que lo hace un personaje especial dentro de los 'hombres de negro'.
¿Qué es más difícil: ser árbitro, recibir el doctorado o tener el gafete FIFA?, se le cuestionó: “La verdad que todo tiene su complejidad, las tres cosas han sido difíciles y tienen su área de oportunidad. Ahora que he recibido las tres cosas es la misma emoción; sí son distintos sentimientos, pero es la misma satisfacción”, mencionó.
Comparte el día que se recibió el doctorado y su relación con la seriedad del arbitraje: “En el examen profesional ves a la gente experta y te ponen las preguntas a lo mejor un poco nervioso, y en cuestión arbitral entras en el primer partido de Primera con cierto nervio, pero lo sacas en el primer silbatazo, igual con la cuestión del doctorado cuando empiezas a hacer la presentación olvidas los nervios”.
Sus metas no están impregnadas de conformismo y uno de sus objetivos es llegar a dirigir partidos trascendentales a nivel de clubes y selecciones, aunque va paso a paso y ya dio uno importante en su carrera.
“Cuando volteas y ves un camino recorrido empiezas a ver que aquí está mucho del fruto que fuiste cosechando. La siguiente meta a corto plazo es seguir creciendo, trabajar partido a partido, sé que todos cuando llegamos a lo profesional decimos 'quiero un Mundial y arbitrear la Final', pero también hay otras internas como la Final del torneo mexicano”, señaló a RÉCORD.
El espigado nazareno de 1.89 m de estatura silbó su primer encuentro en el Máximo Circuito en 2013. Como central suma 38 partidos y sabe que en el gremio se encuentran constantemente en el 'ojo del huracán'. Este año, quien ya no refrendó el gafete FIFA fue Jorge Pérez Durán.
“Vas aceptando y a veces vas aprendiendo que las críticas son parte de este trabajo, tienes que vivir con ellas, pero un pilar muy importante es la familia y ellos te ayudan muchas veces también a depurar qué está bien o mal”, indicó Miranda.
“Me defino como una persona disciplinada, capacitada y que sale al terreno de juego a hacer el mejor esfuerzo posible para tener el mínimo error. Nosotros no salimos a equivocarnos, tratamos de acertar en todo, podemos tener errores y al final pueden existir porque somos humanos; lo que se trata con la profesionalización es disminuirlos”, precisó Miranda.